
Por Jorge Iglesias
Fuente ilustración: @aelenna_photo
Un día de aquellos de pandemia me desperté con el deseo de pintar un retrato que trasmitiera algo, algún sentimiento. Viendo fotografías en las redes encontré una que tomó un amigo , se la pedí prestada y le pregunté quién era ¡(se llama Bernardina) sobreviviente de Bojayá! Acto seguido me puse a pintar el retrato de “Bernardina”, mientras lo pintaba pensaba que el día que vendiera el cuadro le daría el dinero a ella, fue algo que pensé sólo por el interés de alivianar de alguna manera algunos de sus días. Un par de años después vendí el cuadro y me puse en la tarea de encontrar a Bernardina, después de algunas llamadas que la me contestó y yo le conté la historia. Debo anotar que esto no lo hice para hacer mella en las redes. Por la época de la venta del cuadro, en una conversación con amigos conté lo sucedido y ellos me animaron a publicar y por qué no, ayudar a más personas. Meses después, con la idea en mente me encuentro con un amigo músico, le propuse hacer un evento donde una banda tocará unos covers de algunas canciones con mensaje social mientras yo pintara un retrato de alguna persona de Bojayá, la idea fue evolucionando y creó un show con música nueva hablando de lo sucedido en Bojayá pero no sólo se quedó en contar lo sucedido sino en dar un mensaje de resiliencia y esperanza, así nació “El canto que yo propongo”.
Aquí va la historia,
Sucedió en Bojayá que es un municipio colombiano ubicado en el departamento de Chocó, fue separado del municipio de Quibdó y convertido en municipio en 1960 la cabecera municipal es el centro poblado “Bella Vista” Allí, en 2002 ocurrió uno de los sucesos más horrorosos en la historia de Colombia, los habitantes del corregimiento de Bojayá empezaron a ver gentes extrañas llegando a su lugar. Al comienzo se escuchaban amenazas, disparos, gritos, la gente decidió ir a esconderse en la iglesia, con Dios no se meterían. Para sorpresa de todos, el dos de Mayo la iglesia voló en pedazos con todas las personas que estaban allí resguardándose, murieron cerca de 80 personas de las cuales al menos la mitad eran menores. El acto seguido fue la migración de los habitantes de Bellavista, ellos estuvieron desplazados durante mucho tiempo, siendo rechazados en muchos lugares, aguantando los embates de la vida sin hogar y sin familia, con duelos por resolver. Ahora después de tantos años, los habitantes de Bojayá, trabajan individual y colectivamente por el bien de su comunidad, no han olvidado, pero siempre han trabajado en sanar las heridas y seguir adelante, su pueblo es un pueblo de resiliencia, esperanza y paz.
Bernardina, es sobreviviente del terrible 2 de Mayo de 2002 en Bojayá. Estaba ella y su familia en camino a la iglesia cuando escucharon la fuerte explosión. Durante los siguientes días, es desplazada con su familia a la vecina comunidad de Vigía del Fuerte, allí formó parte activa en la ayuda a los heridos que dejó el suceso en la iglesia. Ella y su familia se desplazó a Quibdó durante varios meses y después de un tiempo vuelve a Bellavista para seguir ayudando a la comunidad. Desde mucho antes de esos días, Bernardina ha estado colaborando en los programas de ayuda y asistencia comunitaria, trabajando hombro a hombro con otras personas por el bienestar de su pueblo. Ahora, tras la masacre, aquel 2 de mayo, trabaja sanando las heridas y generando esperanza para su gente.
La población de Bellavista, debió salir de sus casas despues de perder seres queridos. Después de tanto dolor y tantos años, ellos han aprendido a vivir con el dolor, y a entender que la vida sigue, ellos son ejemplo de resiliencia y esperanza.